viernes, 15 de julio de 2011

Juan José Gerardi Conedera


Juan José Gerardi Conedera (27 de diciembre de 1922 – 26 de abril de 1998), fue un obispo guatemalteco de la Iglesia Católica, además de ser un defensor férreo de los Derechos Humanos en su país. Premio de la Verapaz del Instituto Guatemalteco de Cultura Hispánica/Centro Cultural de España en Guatemala por su compromiso con la promoción de los derechos económicos, sociales y culturales.

Descendiente de italianos, hijo de Manuel Gerardi y Laura Conedera, nació en la ciudad de Guatemala, en la 3ra calle y 17 avenida de la zona central, donde se observa aún una antigua casa de esquina, el 27 de diciembre de 1922. Fue el segundo de cuatro hermanos, Francisco Gerardi Conedera, Carmen Gerardi Conedera y Teresa Gerardi Conedera, todos ya fallecidos.

Estudió en el seminario de la ciudad y ganó una beca para estudiar teología en Nueva Orleáns, Estados Unidos. En diciembre de 1946 fue ordenado sacerdote y sirvió en varias áreas rurales de Guatemala, como Jalapa, San Pedro Sacatepéquez y Palencia, así como en la región de la ciudad capital. En 1967 fue electo obispo de la diócesis de Verapaz, lugar marcado por la pobreza y la exclusión social de los indígenas, residiendo en la ciudad de Cobán, la tercera más grande del país. En el cargo episcopal, él enfatizó los trabajos pastorales entre la población indígena maya de etnia q'eqchi. Aun, impartió misa en el idioma vernáculo de las comunidades de la diócesis, algo inusitado en la cultura de preponderancia caucásica de Guatemala. En la década de 1970 y a pesar de la para entonces progresiva guerra civil, fue uno de los más acérrimos apologistas del reconocimiento oficial de los idiomas mayas de Guatemala y a la vez, su influencia permitió el establecimiento de dos emisoras de radio en lenguas mayas. Más tarde, en compañía de los padres benedictinos, creó el centro San Benito de promoción humana, que condujo a la transformación de muchos campesinos e indígenas en líderes de sus comunidades. El obispo fue trasladado en 1974 a la diócesis de El Quiché, pero continuó trabajando como Administrador Apostólico en las Verapaces.
En los primeros años de la década de los ochenta, El Quiché vio índices de violencia acentuados en la beligerancia entre el ejército de Guatemala y varios grupos armados de la subversión, registrándose crímenes masivos que incluso, se determinarían en años posteriores como genocidio. Cientos de catequistas católicos y dirigentes cristianos de pueblos y aldeas fueron brutalmente asesinados, la mayoría de los cuales pertenecían a etnias mayas. Gerardi solicitó repetidamente a las fuerzas militares que controlaran sus acciones, y sobre todo, que cesaran los actos de represión y crímenes en contra de la población civil. Su protesta se extremó tras una matanza de indígenas en Alta Verapaz, que soldados cometieron. Mientras sirvió en la Conferencia de Obispos de Guatemala, habló abiertamente acerca de la quema de la embajada de España en Guatemala, donde 39 personas murieron calcinadas con la participación comprobada del Estado de Guatemala.

Sería durante el episcopado en Quiché que el clérigo recibiría múltiples amenazas de muerte y atentados contra su vida. Ante la gravedad de las amenazas y los asesinatos de sacerdotes en la zona, decidió trasladarse a la ciudad de Guatemala, llegándose a considerar la clausura temporal de la diócesis. En 1980, monseñor Juan Gerardi fue llamado al Vaticano para asistir a un sínodo. A su regreso, se le prohíbe el ingreso al país, por lo que viaja a San Salvador, en donde no halló asilo, y finalmente a Costa Rica, desde donde, exiliado, siguió siendo el Presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala. Al ser depuesto por un golpe de Estado el dictador militar Romeo Lucas García en 1982, Gerardi pudo regresar a Guatemala. El 28 de agosto de 1984, se le nombró obispo auxiliar de la arquidiócesis de Guatemala y párroco de San Sebastián en la ciudad de Guatemala

No hay comentarios:

Publicar un comentario